En la era digital, compartir contenido es la cosa más sencilla del mundo: en unos pocos clics se puede dar a conocer cierta información con una velocidad casi inmediata. Todo esto es un paso adelante en comparación con las maneras antiguas de compartir información, como cara a cara, los mensajeros o los periódicos.
Las redes sociales son las que más han contribuido a esta nueva forma de comunicación, conectando a millones de personas durante todo momento. Y es esta presencia constante la que da paso a la expresión de sentimientos y sensaciones, ya sean alegres o tristes. Pero no siempre se transmiten de manera verbal, sino mediante el uso de memes.
Los memes son un fenómeno de las redes sociales que tienen la intención de esparcir humor, ¿pero esta definición les hace justicia? ¿O son mucho más?
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¿Qué son los memes?
En la actualiadad, los memes se conciben como una manera graciosa de hacer frente a las diversas situaciones de la vida cotidiana de las personas. La idea de estos es buscar algún símil que represente a la perfección la realidad que puede ser vivida por muchos. Son un performance.
La palabra meme viene de la palabra griega mimema, que significa “lo que se imita.” Al imitar y mofar las situaciones cotidianas se hacen longevos, llegando a un mayor número de personas.
Puede parecer una cuestión ligera, pero los memes han impactado tanto la cultura que hay estudios sobre ellos. Internet se ha caracterizado por su contenido efímero, pero los memes desafían esto porque son innovadores, tan variados que apelan a todo el mundo.
Su capacidad de expansión se basa en el entendimiento cultural y social hacia los mismos; es decir, en sus referencias. Pareciera que no tienen límites, siendo un fenómeno en todo el sentido de la palabra.
¿Cómo son utilizados?
Si algo tienen los memes es versatilidad. No encajan en un solo formato ni en un solo tipo de expresión. Se pueden encontrar en:
Imágenes: quizá sea la manera más común de encontrarlos. Los clásicos se caracterizan por ser de mala calidad y con textos en letras blancas que daban a entender lo que la imagen quería expresar. La imagen suele ser un screenshot de alguna escena de alguna película, o alguna ilustración hecha con ese fin específico. Sarcásticos, irónicos e icónicos.
Los nuevos carecen de las letras blancas, ahora la simple imagen basta para dar a entender lo que quiere reflejar. En cierta parte son más sencillos: ahora una fotografía de alguna celebridad haciendo una expresión facial manifiesta un sentimiento tan claro que se vuelve viral.
Vídeos: si las imágenes son la manera más común de encontrarlos, los vídeos son la manera más sencilla (y entretenida) de entenderlos. Suelen ser escenas de alguna película, fragmentos de entrevistas o los famosos, aunque ya extintos, Vines de 6 segundos; siempre y cuando representen alguna situación específica que se repita en la vida cotidiana de los demás.
La edición de los videos brinda un plus, dando la posibilidad de añadir elementos para expresar mejor su mensaje.
Frases: estas tienen una fuerte presencia ya que describen de forma textual lo que las imágenes representan. Esto las hace muy versátiles, pues las frases virales pueden salir de todos lados (videos, entrevistas, canciones, entre otros).
Objetos: suena raro, pero los objetos también pueden convertirse en memes. Un ejemplo de esto son los fidget spinners, justo como dice este artículo. Alcanzan ese estado gracias a la manera en que se popularizan, con ideas colectivas y un imaginario detrás que va evolucionando de persona a persona.
El nuevo lenguaje del siglo XXI
Antes de explicar la razón por la cual los memes son el nuevo lenguaje del siglo XXI, es necesario entender un par de cosas: qué es el lenguaje y cómo el lenguaje pasa a ser utilizado.
La definición del lenguaje se puede resumir a la capacidad de los seres vivos de comunicarse unos con los otros. Esta comunicación está sujeta a interpretaciones, y es aquí donde (en el caso de los humanos) una palabra puede obtener diferentes significados.
El lenguaje de Internet tiene una cualidad muy particular: es mutable en su totalidad, ya sea en su forma pura o sacado de contexto. Se transforma con el uso; cada persona lo utiliza en su propia versión. Y las nuevas generaciones están más expuestas a adoptar este lenguaje por las horas que navegan en la web y en el mundo 2.0.
Es interesante caer en cuenta de que el lenguaje le da validez a alguna cosa cuando existe una representación de la misma. Para ejemplificar de forma rápida con una situación común: el sabor umami.
Antes, el sabor del tomate no se podía describir, ni el sabor del queso, ni de la carne sin condimentos. Estos sabores carecían de definición por sí solos, hasta que llegó la palabra umami a precisarlos.
Lo mismo pasa con las emociones, sensaciones, sentimientos y expresiones; tienen validez cuando se definen, cuando se representan. Y aquí los memes se han colado en nuestra jerga por su cualidad expresiva y su capacidad de ser relacionados, de ser identificados.
Si alguien se siente alegre, una imagen puede representar su emoción a la perfección. Si alguien se siente sorprendido, un video de alguna reacción podría simbolizar su expresión. Esto es posible siempre y cuando haya un punto de referencia entre ambas partes de una conversación.
La transmisión de ideas que antes se hacía utilizando refranes ahora se puede hacer mediante memes, tomando sus mismas propiedades como la reinterpretación según la persona.
Los memes son transculturales, ya que personas alrededor del todo el mundo los comparten porque comprenden sus referencias. Esta nueva manera de comunicación es una de las pocas que ha logrado conectar a las culturas de la misma forma que la música lo hace.
Es seguro que en el futuro los memes seguirán saliendo por doquier, ya que cualquier persona puede crearlos y ponerlos a rodar en la web. Es como si el diccionario de este nuevo lenguaje no tuviese límites de entradas, siempre creciendo y siempre con una nueva reacción cómica que cautivará al mundo… hasta que llegue la siguiente.