Los movimientos migratorios son tan antiguos como el afán del ser humano por ir tras las mejores condiciones de vida.
En esta era de globalización, la inmigración es un fenómeno cada vez más presente, y la causa principal es la supervivencia y la búsqueda de mejor calidad de vida, aunque hay quienes emigran por otras razones.
Si bien es cierto que muchas de las olas migratorias han estado marcadas por fenómenos como las guerras, los desastres naturales, problemas de violencia, problemas de política, dictaduras o epidemias, en el fondo, la razón principal es la económica.
Quienes emigran buscan escapar de una situación que les incomoda o donde sus vidas están en peligro, como en los recientes casos de Siria, los países de la ex Unión Soviética y, en América Latina, el caso de Venezuela.
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¿Cuánto de cierto hay en que la economía de un país se ve afectada a medida en que llegan más inmigrantes?
Los vaivenes de la economía dependen de las políticas, decisiones y gestiones gubernamentales, y en una pequeña proporción están relacionadas con la inmigración.
La mayoría supone que los inmigrantes no podrán mantenerse a sí mismos y tendrán que acudir a buscar las ayudas sociales de que dispongan en cada país, lo cual significa un desembolso económico del gobierno.
Emigración y economía tienen un enlace que puede evidenciarse tanto en los países receptores de inmigrantes como en los países de donde salen sus emigrantes, lo cual ampliaremos más adelante.
Un mito generalizado: Más inmigrantes menos empleo
Muchas personas de países que reciben más inmigrantes, como Estados Unidos, Alemania o Reino Unido, tienden a pensar que el fenómeno les afecta, especialmente en cuanto al empleo.
Además, se suele considerar que si el país debe atender a una ola de inmigrantes, se deben compartir los recursos y que, al haber para ellos, habrá menos para los nativos.
Esa es una lógica simplista y poco profunda del efecto de la inmigración, pues varios estudios hechos por organismos multilaterales como ONU, FMI o la OIT revelan los efectos positivos sobre la economía.
Por ejemplo, en una encuesta realizada en quince países de Europa, se evidenció que por cada aumento de 1% de la población de un país originado por la inmigración, creció su PBI en 1.25 y 1.5%.
En Estados Unidos los estudios han demostrado que los inmigrantes han mejorado la capacidad productiva de su economía, han aumentado la inversión y promovido la especialización.
Por otra parte, no existen evidencias de que un inmigrante desaloje a los trabajadores nativos de un determinado país, sino que en lo referente a optar por un empleo prevalece la competencia, lo cual ocurre en cualquier nación. Tampoco se cierran todas las puertas del mercado laboral, por lo que siempre hay posibilidad de emplearse.
Otros estudios han evidenciado que el aumento de la oferta de trabajo de un país producido por los inmigrantes, genera apenas un pequeño efecto en los salarios, que bien pudiera ser para bien o para mal. En el peor de los casos, un aumento de 1% ha producido que los salarios cayeran en un 0.2%.
Actualmente, más de 240 millones de personas en el mundo son migrantes internacionales, y las personas que emigran de países como Siria, representan un pequeño porcentaje.
Por otra parte, de la cifra total de migrantes en el mundo, solo 10% son refugiados, y son los que menos impacto han producido, debido a que muchas naciones han firmado acuerdos internacionales para recibirlos.
Por lo que se infiere que el resto de los emigrantes lo hace por condiciones laborales, o para estar al lado de familiares que están mejor ubicados laboralmente.
La emigración y su impacto en la economía
Es obvio que la economía estimula la emigración, de allí que haya impacto tanto en los países receptores de inmigrantes como en los países de donde salen los emigrantes.
Según un estudio hecho por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE, la emigración:
- Ha creado 47% del aumento total de la fuerza del trabajo en Estados Unidos, y 70% en la Unión Europea, mejorando y fomentando grupos de economía en expansión y la conformación de nuevos grupos en la población con edad productiva, frente a grupos más envejecidos e inactivos laboralmente.
- Debido al incremento de la oferta laboral puede haber un descenso de los salarios reales en el mercado de acogida, y ese incremento de personas trabajando, con ingresos fijos, motoriza la economía, produce un crecimiento económico y aumenta la renta per capita del país receptor.
- Así mismo, hay evidencias de que los inmigrantes benefician el desarrollo tecnológico de la sociedad.
- Como la mayoría de los inmigrantes que entran en los países que los reciben están en edad productiva, estos permanecen en ese país por razones laborales, lo que significa que son rentables y pagan más seguros sociales e impuestos.
- Además, se ha demostrado que la ola de inmigrantes trabajadores, completa el mercado de trabajo de la población receptora, pero no la substituye, al tiempo que permite un mayor dinamismo del mercado económico en general.
Por otra parte, está el impacto económico real que produce la inmigración en los países de origen, el cual se evidencia en:
- La reducción de la presión demográfica y la pérdida de la población en edad productiva, es decir, la más joven, con mayores capacidades y mejor cualificada.
- Disminución del crecimiento económico por estar la población activa fuera del país.
- Hay un aumento de la recepción de divisas enviadas por parte de los emigrantes, lo cual activa el consumo del mercado interno del país emisor.
- Además, la salida en masa de la población en edad productiva impacta negativamente en la generación de relevo y produce un déficit fiscal.
Los movimientos migratorios siguen siendo un fenómeno cada vez más común y lógico en la actualidad marcada por la globalización, la cual sin duda ha generado profundas diferencias económicas entre los países.
Todos los países deberían tener mejor disposición a los movimientos migratorios, así como mejor propensión a estimularlos y normalizarlos.