En general, el conocimiento que tenemos sobre las abejas está relacionado con la producción de miel. Y sí, la miel tiene propiedades beneficiosas para nosotros –es terapéutica y nutritiva–, pero no es el principal «producto» que nos ofrecen.
Gracias a su «trabajo», contamos con infinidad de otros alimentos: frutas, vegetales, legumbres… Y es que las abejas son los principales agentes de «polinización» de muchos de nuestros cultivos. No solo la abeja que más conocemos, Apis mellifera, que produce miel; existen muchas otras que también son importantes por ser polinizadoras. Es decir, la importancia de las abejas está en la dependencia obligatoria de muchas plantas para que las visiten y polinicen.
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Polinización: la vida sexual de las plantas
La forma más fácil de describir la polinización es como un viaje; el viaje que debe realizar el polen hasta el óvulo. El polen es la célula masculina –equivalente a un espermatozoide–. Por su parte, el óvulo es la célula femenina de la planta –equivalente a un óvulo humano–. Y, también como en los humanos, el polen y el óvulo deben unirse para producir un nuevo individuo –cada semilla dentro de los frutos–.
No todas las plantas tienen la capacidad de unir ellas mismas el polen con el óvulo. Para eso, requieren de la ayuda de animales, de los polinizadores, de los cuales, los más importantes, son las abejas.
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Polinización por abejas
La polinización es una relación ganar-ganar entre las abejas y las plantas. Las plantas producen néctar y polen que les sirve de alimento a las abejas. Durante la búsqueda de su alimento, el cuerpo de las abejas se llena de polen, que llevan de «viaje» a una nueva planta que visiten. De esa forma, la planta también se beneficia.
El proceso de polinización que realizan las abejas es muy interesante. Por un lado, la planta le ofrece a la abeja el polen y el néctar como «recompensa» por sus servicios. Pero, además, le crea una dependencia al ofrecerle sus fuentes de alimento. O sea, es una relación un tanto interesada… Además, las atrae. Los colores amarillos brillantes son muy atractivos para las abejas, pero también las atrae el olor dulce de las flores.
Importancia de las abejas: su relación con los cultivos
Hace varios años, la importancia de las abejas en la polinización era inobjetable: 70-80% de los insectos que visitaban los cultivos correspondía a abejas melíferas. Sin embargo, hoy día, las abejas se han vuelto vitales por la pérdida de otros insectos polinizadores debido al deterioro progresivo de los ecosistemas naturales. A día de hoy, la polinización por las abejas de la miel alcanza al 90-95% de las visitas de animales a los cultivos.
Además de la estrecha relación que han establecido con las plantas, la importancia de las abejas está relacionada con su forma de vida. Viven en colonias de, aproximadamente, 60.000 individuos, lo que las convierte en verdaderos «ejércitos» de trabajadoras. Unos 40.000 individuos salen todos los días entre 15 y 20 veces a buscar polen y néctar, visitando entre 30 y 50 flores. ¡Vamos sumando! Al día, una colonia pudo visitar hasta 700 hectáreas de cultivo, lo que representa millones de flores y, en consecuencia, de frutos y semillas. Impresionante, ¿verdad?
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Principales cultivos
Son tantos los cultivos que dependen de las abejas para su polinización que casi es más fácil hablar de los que no dependen. Polinizan frutales como almendro, melocotonero, cerezo, ciruelo, manzano y peral, pero también fresas, frambuesa, zarzamora, tomate, uva, melón, calabaza, calabacín, pepino, berenjena, pimiento, cebolla. En el caso del almendro, la importancia de las abejas es tal que, su ausencia, produce mayores pérdidas que la falta de fertilizantes o agua.
¿Otros cultivos importantes? Leguminosas de forraje, como la alfalfa o el trébol; fibras textiles, como el lino o el algodón; y plantas productoras de aceite, como el girasol o la colza. Además, su eficiencia es tal que, en los invernaderos, se introducen colmenas de abeja melífera para ayudar con la polinización de los cultivos bajo condiciones controladas.
Amenazas a las que están expuestas
La importancia de las abejas también puede verse en su valor como bioindicadores de la salud de los ecosistemas. Y, lamentablemente, la acción desmedida del hombre sobre casi todo el planeta también ha alcanzado a estos vitales insectos. En Europa, cada año, desaparecen entre un 20% y un 35% de las abejas, mientras que en los Estados Unidos esta cifra puede llegar al 50%. Es un fenómeno que se ha denominado «el colapso de las colmenas», pues ha producido la muerte de millones de abejas melíferas.
Estos números se conocen porque se trata de una actividad controlada por los apicultores. Sin embargo, no se tiene mucha idea de cuántas especies silvestres se ven afectadas o, incluso, han desaparecido, aunque algunas estimaciones son alarmantes. Se cree que más del 9% está en peligro de extinción y que ese número puede llegar al 15% en los próximos años.
¿A qué se atribuye la amenaza sobre las abejas? Se han comprobado diferentes causas actuando en conjunto:
- Deterioro y pérdida de hábitats para las abejas.
- Enfermedades y parásitos que las afectan, como el ácaro Varroa destructor o el parásito Acarapsis woodi.
- Aumento de sus depredadores, como la avispa asiática, debido al incremento de especies invasoras.
- Desplazamiento y desaparición de muchas plantas silvestres que les sirven de alimento.
- Uso indiscriminado de plaguicidas e insecticidas.
- Cambio climático.
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Existen trabajos muy interesantes que buscan concientizar a los ciudadanos sobre la gravedad de la situación. Algunos son videos didácticos, como Peligro en la colmena, Abejas en crisis o Las abejas en peligro de extinción. Conocer sobre la importancia de las abejas para el planeta y los riesgos que se corren por su desaparición, nos permite participar activamente en la defensa de esos pequeños grandes héroes.