Las ideologías políticas progresistas son aquellas que se consideran de “avanzada”, es decir, que proponen ideas que superan y trascienden todas las reglas, métodos, programas existentes y se manifiestan en favor del bienestar. Buscan las mejoras en cuanto a derechos civiles y una distribución diferente de la riqueza de las naciones.
Realmente, los politólogos, historiadores, sociólogos y demás estudiosos de estos movimientos advierten que el progresismo no se trata de ideologías políticas, sino de una tendencia política donde coinciden varias doctrinas como la económica, filosófica, ética, del liberalismo tradicional y del socialismo democrático.
Los conceptos de progresista y progresismo surgieron a partir de la Revolución Liberal del siglo XIX que incluyó movimientos políticos revolucionarios en materia política y en las transformaciones ocurridas en la Edad Moderna y que dieron paso a la Edad Contemporánea.
El elemento económico de ese cambio en la Revolución Liberal fue la Revolución Industrial, mientras que el elemento social fue la Revolución Burguesa, cuyo evento más emblemático es la Revolución Francesa, en 1789, seguida de otras revoluciones europeas, así como de los movimientos independentistas de América.
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¿Cuáles son las características del progresismo?
Las ideologías políticas progresistas o el progresismo mantienen la lucha por las libertades y los derechos individuales siguiendo y en consonancia con el concepto liberal.
La ideología progresista tiene sus matices de acuerdo con el país donde se desarrolle y se promueva. Por ejemplo, en Europa, sus seguidores y promotores, están identificados como de la “nueva izquierda”, con cierto carácter democrático y alejado del marxismo.
En muchos países, la ideología progresista en la actualidad, promueve cambios que consideran necesarios y como respuesta a los nuevos tiempos, específicamente en aspectos como el sexual, cuya propuesta es que sea más libre, así como la posibilidad del aborto, el laicismo, la eutanasia, el regionalismo y el ecologismo, entre otros movimientos.
En Latinoamérica, el progresismo está vinculado con diversas corrientes políticas que en muchas ocasiones se contradicen entre sí, pues pasan de promover al Estado como ente benefactor, a las libertades económicas e igualdad de oportunidades.
También promueven la equidad, el movimiento ecologista y el nacionalismo, aunque con tonos más radicales en los que surge el antiimperialismo y hasta el socialismo radical sobre la base del marxismo.
Revolucionarios y progresistas, juntos pero no revueltos
En lo que respecta a la relación que existe entre lo revolucionario y lo progresista, por un momento ambos partidarios lograban identificarse aunque con sus diferencias. Sin embargo, después de la primera mitad del siglo XIX, fueron cada vez más las diferencias, debido a la fuerza que tomaron los hechos que fueron evolucionando, como son la Revolución Industrial, el capitalismo y la sociedad de clases.
A partir de allí, los progresistas tradicionales dejaron a un lado su papel de revolucionarios y se identificaron con el concepto de reformistas, pues consideraban que las revoluciones, si bien no todas sentaban sus bases en la violencia, la mayoría de los cambios que adelantaban eran bruscos y necesitaban tiempo para considerarlos y asimilarlos.
Dos grupos que promueven cambios
En Estados Unidos coexisten dos grupos diferentes que pugnan por el uso del término progresista: el Partido Demócrata, que tiene su ala izquierda y cuya militancia busca cambios económicos y políticos considerables, y el movimiento progresista tradicional, que trabaja para eliminar el bipartidismo y fomentar cambios más drásticos.
Estos cambios están enfocados en la política de migración, en la mayor participación del Estado en la economía y en la seguridad social, además de considerar temas comunes a los progresistas europeos, como los relacionados con la ecología.
Theodore Roosevelt ha sido considerado un progresista, pues siendo líder del Partido Republicano, fundó el Partido Progresista de 1912, el cual no tuvo mayor trascendencia.
A pesar de la corta vida del partido, las ideas progresistas de Roosevelt constituyen un ejemplo de progresismo social y económico, como la mejora de las condiciones laborales y de vida de su pueblo, a la cual denominó un trato justo (square deal).
Otras características de las Ideologías políticas progresistas
- Una característica relevante del progresismo es que el ciudadano es una figura relevante y es responsable tanto del proceso de conformación social, como de la participación, toma de decisiones y de su propia libertad.
- Por otra parte, el laicismo, mencionado anteriormente, es defendido y promovido por la ideología progresista, a fin de que exista independencia del hombre, la sociedad y el Estado con respecto a la influencia de la iglesia y de la religión.
- Las ideas progresistas, por lo general, se les atribuyen a los socialistas, pues ambos grupos promueven ideas de reformas progresivas, que se promulguen de manera legal y bajo un régimen democrático, preferiblemente bajo una democracia participativa.
- Es común que casi todos los partidos políticos, incluyendo los más tradicionales, hablen o se identifiquen como progresistas, pues a la luz de los cambios que exige la sociedad actual, mal pudieran los partidos enquistarse en conceptos y doctrinas que no avancen con el tiempo.
- Los expertos han exigido que los partidos entiendan los conceptos asociados al progresismo para poder identificar si esa es la corriente que siguen, sin llegar a confundir a sus seguidores o contrarios, y de manera de mantener una solidez tanto en sus discursos como en sus propuestas.
- Muchos de estos partidos confunden el ser progresista con el progreso que experimentan las sociedades y con su propio futuro, e identificarlo independientemente de la ideología que tenga cada partido.
- En cuanto al poder político, las ideologías progresistas demandan una mayor transferencia del poder, tanto desde los puestos del gobierno como desde lo interno del partido, con la intención de ampliar la participación del ciudadano en las decisiones que lo involucran y lo afectan.
- Otros promotores de la ideología progresista van más allá, apuntando hacia el cambio del sistema electoral y parlamentario, para darle paso a las concepciones de proporcionalidad, listas abiertas y posibilidad de revocar a quienes sean elegidos y no cumplan sus funciones.
- Asimismo, las ideologías progresistas van tras la práctica de la cogestión, especialmente en cuanto a la participación de los ciudadanos en proyectos sociales vinculados o relacionados directamente con el bienestar común, lo que incluye la contraloría social, la denuncia y seguimiento de la misma, la supervisión de obras, el desempeño y funcionamiento de quienes son elegidos por la comunidad para cargos locales, entre otros.
- Además, promueven la reducción y posible desaparición de los cuerpos de represión del Estado.
Con todo respeto hacia los que abrazan este tipo de ideas, yo disiento de ellas, puesto que a mi parecer, con mucha frecuencia, son impuestas y no una invitación cordial a creer en ellas, utilizando métodos descalificativos contra sus detractores, tales como: Homofóbico (aun no logro encontrar esta fobia en algún manual de psiquiatría) para descalificar al que piensa distinto de la Ideología de Género; Fascista, para descalificar al que disiente de políticas migratorias de puertas abiertas; Misógino para descalificar al que piensa distinto al Feminismo Radical; Fanático Religioso, para todo aquel que abraza la fe cristiana.
Es preocupante como estás tendencias que buscan unificar el pensamiento del individuo tienen cabida en el llamado «mundo libre», pues de libertad no tienen mucho.
He visto y escuchado que se discrimina en universidades a aquellos estudiantes que no comparten este tipo de pensamiento, en ocasiones echados de aulas de clases por pensar diferente y sienten temor de no poder graduarse si libremente expresan su pensamiento; estas cosas son sumamente preocupantes si queremos mantener un mundo democrático.
Aún más preocupante es la imposición de leyes que atentan contra la naturaleza humana y riñen contra ciencias como la medicina y la biología, condenando, algunas veces a la cárcel, a todo aquel que llame a los seres humanos por su apariencia biológica o natural, aduciendo discrimación por ello.
Saludos,
Armando