La Cultura purépecha es una de las principales civilizaciones precolombinas ubicadas en México, especialmente en el estado de Michoacán. Sin contar con muchos registros documentales, es conocida por sus trabajos en agricultura, cacería, pescadería y la recolección de alimentos. A su vez, eran expertos en el área de la metalúrgica y pioneros en la fabricación de utensilios y diseños fúnebres a base de cerámica.
Conocida también como la cultura tarasca, fue una de las civilizaciones ubicadas en América más respetadas por los conquistadores españoles, ya que por sus características y tradiciones la consideraban una cultura superior a las otras ya descubiertas. Los europeos nombraron a los Purépechas aliados en contra de los aztecas para la conquista de sus territorios.
Aunque su ubicación principal se encontraba en Michoacán, esta civilización abarcó otras grandes extensiones mexicanas, como los estados de Guanajuato y Guerrero. En la actualidad aún se pueden encontrar pequeñas tribus Purépechas en dichos estados y en Jalisco, Estado de México, Distrito Federal, Colima y Baja California, así como en zonas pertenecientes a Estados Unidos.
Contenido
Características de la Cultura Purépecha
Fue una civilización que tenía cierta ventaja en comparación al resto de las culturas en cuanto a relaciones comerciales y producción se refería. Era una cultura avanzada, donde se practicaban distintas actividades como la agricultura, caza, pescadería, arquitectura, la pintura y orfebrería. Fue la primera cultura precolombina en trabajar con metal, madera y tejidos.
La agricultura era la actividad que mayores beneficios brinda a la cultura Purépecha. Se sembraba maíz azul, morado y blanco, que era utilizado para el intercambio por otros productos y una forma de moneda, al ser este alimento la forma de pago. También eran ricos en cultivos de calabazas y frijoles, una siembra que significaba prosperidad y cosechas provechosas a lo largo del año, no solo en temporadas específicas.
En la cultura Purépecha la sociedad se encontraba dividida en diferentes clases sociales, los nobles, plebeyos y esclavos. Los nobles a su vez constaban con subdivisiones llamadas realeza, conformada por el cazonci o irecha, quienes eran los máximos gobernantes de la cultura, la nobleza superior a la que pertenecían los sacerdotes y los militares cabecillas de las familias y la inferior, que eran los comerciantes, artesanos y agricultores.
La ideología en la cultura Purépecha era politeísta, es decir, que veneraban y valoraban a varios dioses que representaban los elementos de la naturaleza. Curicaveri era el Dios del fuego, el sol y la guerra, mientras que Cuerauáperi era la diosa de la creación, Xaratanga era la diosa de la luna y el océano. Dentro de las creencias culturales, se mantenía la idea de que el universo se encontraba dividido en tres partes: cielo, tierra e inframundo.
Se construían centros ceremoniales, como Ihuatzio “lugar de coyotes” según el idioma tarasco, que además de ser un centro ceremonial donde les rendían cultos a los dioses con la construcción de pirámides y se celebraban algunos rituales, también era utilizado como un observatorio astronómico. Esta ciudad fue construida en una meseta artificialmente nivelada, que cuenta con caminos y muros que rodean el lugar.
Existen grandes creaciones arquitectónicas construidas por la cultura Purépecha, las más características son las yácatas, muros de yácatas, calzadas amuralladas o cuatris, plataformas con bases rectangulares donde eran construidas las yácatas, las pasarelas conocidas como las calzadas del rey y los miradores u observatorios astronómicos.
Un factor que hace llamativa la cultura Purépecha es su idioma. Consta de un dialecto totalmente diferente al de las otras civilizaciones que habitaban a sus alrededores en la época. Este es conocido como “idioma tarasco” en relación al apodo que le asignaron los conquistadores españoles a esta civilización.
Esta cultura se mantenía en constante guerra para la protección del territorio y la producción. Sus luchas eran principalmente contra el Imperio Azteca, de la cual fueron vencedores al no ser invadidos por ellos. Aunque en contra de los conquistadores españoles resultaron perdedores, pequeños grupos de esta civilización lograron sobrevivir y es por ello que hoy se mantiene en vida la cultura Purépecha.
Origen
No es mucha la información que se tiene registrada de esta cultura y es por esto que todo lo relacionado a su origen e historia son estimaciones de arqueólogos y expertos. Basados en los trabajos de artesanía con objetos metálicos y la lengua que la población posee, se presume que la cultura Purépecha se mantuvo vigente entre los años 1200 y 1600 d.C.
Esta civilización precolombina que habitaba en una gran extensión del territorio mesoamericano contaba con una capital llamada Tzintzuntzan, que significa “lugar de los colibríes” en la lengua hablada por los Purépecha o idioma tarasco, aunque aún se desconoce la razón por la que se otorga este nombre.
Tradiciones
El maíz no solo era utilizado para los fines comerciales, este alimento se encontraba presente en distintos rituales o eventos. Era lo único que podían consumir las madres al momento de dar a luz a sus hijos y se consideraba un obsequio para los bautizos y un símbolo de perdón. El maíz no podía faltar en los banquetes de los velorios y de las bodas que se celebraban dentro de la comunidad.
Se llevaban a cabo ceremonias religiosas donde le rendían culto a sus dioses y agradecimiento por los fenómenos naturales que ocurrían cada cierto tiempo. Para Curicaveri, se hacían sacrificios humanos, para Cuerauáperi, al ser la diosa de toda la creación y la madre de las otras deidades, se atribuían la lluvia, la vida y la muerte.
Durante los entierros de los familiares o los allegados a las personas de las diferentes comunidades, se realizaba un evento ceremonial para incinerar al fallecido y enterrarlo con su propia ropa, objetos personales y en algunos casos se incluían a los miembros de la servidumbre como parte del culto hacia los seres que se marchaban.
Esta cultura ha sido muy influyente en las tradiciones mexicanas actuales, cómo lo son la Danza de los Viejitos en honor a los dioses y las celebraciones del Día de los Muertos cada 2 de noviembre, que consiste en adorar a los seres queridos que han fallecido con visitas a los cementerios y altares adornados con fotos, flores, velas y las comidas favoritas de los difuntos.