El 1 de octubre de 2017 fue la fecha escogida por el parlamento catalán para llevar a cabo un referéndum consultivo sobre su independencia.
Fueron días de tensión en la medida que se acercaba el día, pues para el gobierno central se trataba de una acción ilegal e inconstitucional. El gobierno español se basó en el argumento jurídico de que la convocatoria no contaba con la minoría necesaria para realizarlo.
Sin embargo, la Generalitat siguió adelante con el procés contra viento y marea. Los acontecimientos ocurridos en esas fechas establecieron un punto de inflexión en las relaciones entre Cataluña y el gobierno central español. Tensión y violencia de parte y parte, que terminaron en cientos de personas heridas.
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Cómo se desarrollaron los hechos
Octubre 2017 en la independencia de Cataluña
La participación en el referéndum fue del 43%, obteniéndose un 90% de votos a favor del sí por la independencia de Cataluña. Con esos resultados, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, declaró la independencia de forma unilateral el 10 de octubre. Sin embargo, la declaración no se hizo efectiva, pues inmediatamente el mismo Puigdemont suspendió sus efectos para proponerle al gobierno central un diálogo. No hubo acuerdo entre la Generalitat y La Moncloa.
Debido a la falta de diálogo, el 27 de octubre el parlamento catalán aprobó la declaración de independencia de Cataluña. Se hizo con la ausencia de los parlamentarios no independentistas, quienes argumentaron que la votación había estado amañada. Además, ningún país reconoció esa declaración. En la tarde del mismo día, Mariano Rajoy, presidente del gobierno español, suspendió la autonomía de Cataluña. Lo hizo en virtud de la autoridad que le otorgaba el artículo 155 de la Constitución. Inmediatamente, el gobierno catalán fue cesado y se convocaron elecciones anticipadas para el 20 de diciembre.
Declarada la independencia de Cataluña, continúa el conflicto
El gobierno central asumió las funciones de la Generalitat y suspendió sus delegaciones en el extranjero, así como otras oficinas creadas en favor del independentismo. Puigdemont y miembros de su gobierno huyeron para no enfrentar los cargos que se les impusieron. A pesar de que se convocaron elecciones en un tiempo perentorio para restituir un gobierno autonómico, los hechos causaron malestar en la opinión pública catalana.
El gobierno autonómico se restituyó el día 2 de junio de 2018, seis meses después de las elecciones celebradas el 20 de diciembre. En el nuevo parlamento, las fuerzas independentistas mantuvieron la mayoría, por lo que Joaquim Torra fue electo nuevo presidente de la Generalitat.
Sin embargo, desde entonces el conflicto ha seguido escalando por las opiniones encontradas en cuanto al estatus de Puigdemont y sus colaboradores. Fueron acusados por los delitos de rebelión, sedición y malversación de fondos públicos. Los acusados rechazan estos cargos que, además, son considerados exagerados por el nuevo gobierno independentista y por la sociedad catalana que los apoya. Algunos, como Puigdemont, se encuentran fuera de España, exiliados o fugitivos, según el punto de vista. Otros, como Oriol Junqueras, comparecieron ante la justicia y se encuentran en prisión preventiva; estos son vistos como presos políticos o criminales, también dependiendo del criterio.
Pero, ¿tienen razón los independentistas?
Líderes políticos y parte de la sociedad catalana trataron de conseguir la independencia de Cataluña en diferentes ocasiones. Ya ocurrió en el siglo XVII con la Guerra del segadors; a finales del siglo XIX con el surgimiento del nacionalismo catalán; y en dos ocasiones durante la II República española.
Y es que Cataluña había sido independiente hasta 1469, según algunos historiadores. Por eso, el crecimiento económico que siempre alcanzó con respecto al resto de la península, hizo que los catalanes mantuvieran sus deseos de independencia. Además, la represión sufrida durante el franquismo creó un sentimiento de rechazo que se manifiesta muchas veces de forma violenta en las proclamas independentistas.
Otros historiadores sostienen que Cataluña, en realidad, nunca llegó a ser una nación plena, con Estado propio, pues este concepto solo existe desde finales del siglo XVIII. El Estado-nación apareció cuando la soberanía pasó a residir en los ciudadanos y el rey perdió la legitimidad política.
Para estos historiadores, lo que existe es un mito en torno a la independencia de Cataluña. Pero algunos sostienen, además, que España tampoco fue una nación independiente desde la época de los Reyes Católicos, pues ni siquiera existía como tal. La unidad que se reseña en los libros la califican como un «constructo ideológico» basado en una realidad mucho más compleja.
Si ocurre la independencia de Cataluña, ¿cómo queda cada parte en conflicto?
La respuesta a esta interrogante dependerá de a quién se le pregunte. Lo único cierto es que, inevitablemente, ambas partes perderán algo.
Efectos sobre Cataluña
- Salida de la Unión Europea
- Salida de la Eurozona
- Sin la seguridad ofrecida por el Banco Central Europeo
- Con la necesidad de cubrir sus gastos de ejército, seguridad social y jubilaciones
- Fuga de empresas
Efectos sobre España
- Pierde su comunidad más próspera
- Pérdida la región en la que se hace mayor investigación y desarrollo
- Pierde la mayor fuente de innovación y emprendimiento
- Pierde el puerto más importante del Mediterráneo
- Deudas por inversiones realizadas a nivel nacional
- Pierde elementos importantes que representan atractivos turísticos
¿Cómo se encuentra el conflicto en la actualidad?
El procés catalán iniciado en 2012 parece encontrarse, a día de hoy, en un punto de no retorno. En febrero de 2019 se inició, en el Tribunal Superior de España, el llamado «juicio del procés» contra 18 imputados. El juicio de los acusados por desobediencia pasó al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.
Paralelamente, la Audiencia Nacional abrió una investigación contra del Cuerpo de mossos d’Esquadra. A partir de ahí se han producido varios incidentes violentos entre independentistas radicales y nacionalistas españoles. Entre los partidos políticos parlamentarios, solo PP, PSOE y Ciudadanos rechazan un referéndum sobre la independencia. Sin embargo, la mayoría rechaza la independencia de Cataluña y solo EH Bildu apoya la declaración unilateral de independencia.