Entre las diversas culturas precolombinas que existieron durante el período posclásico en Mesoamérica, destaca la Cultura Tolteca. Esto se debe a los grandes aportes que les brindó dicha civilización a sociedades posteriores dentro del territorio latinoamericano y zonas aledañas.
Es de gran importancia tener conocimiento sobre sus principales características, tales como: ubicación, gastronomía, religión, estructura social, etcétera. Si quieres saber un poco más al respecto, no dudes en quedarte con nosotros. Aquí nos encargaremos de proporcionarte lo que necesites y muchísimo más. A continuación, aprenderemos juntos sobre esta maravillosa cultura.
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Aportaciones culturales de los Toltecas
Las aportaciones culturales de la civilización Tolteca fueron bastantes, sin embargo, existen unos puntos que resaltar mucho más que otros. Entre los que más destacados encontramos los cincos siguientes:
El arte
La vasta riqueza cultural de los Toltecas marcó un hito en la historia y dejó un inmenso patrimonio físico en la región en donde estaban ubicados. Para ese entonces, el nombre “Tolteca” reflejaba cierto estatus, hasta un punto que otras civilizaciones como los Aztecas y los Mayas llegaron a admirarlos.
El resto de la región apreciaba significativamente las prácticas que tenían los Toltecas en lo que concierne a la alfarería, arquitectura, escultura y pintura. De hecho, los Aztecas empleaban a menudo la expresión “toltecayotl”, la cual significaba poseer un corazón tolteca, ser digno o sobresalir en todos los ámbitos aplicados.
En líneas generales, los artesanos Toltecas fueron conocidos por ser personas de gran destreza, además que lograron establecer estándares que muchos años después se siguieron usando. Igualmente, son conocidos por haber sido excepcionales alfareros y expertos metalúrgicos, habilidades que utilizaban para la fabricación de sus armas.
Con respecto a la arquitectura, se destacaron en la remodelación de pirámides de brillantes pinturas y frisos en relieve. Poco a poco, estos mejoraron mediante columnas y estatuas mitológicas, los detalles arquitectónicos de las infraestructuras.
Un recordatorio inmortal de su legado son los Atlantes, enormes estatuas que reflejan a cuatro importantísimos guerreros de ostentosas armaduras. Adicionalmente, se podría mencionar una pared afamada de serpientes con relieve que representa a reptiles devorando esqueletos humanos, esta lleva por nombre Coatepantli.
La guerra
A pesar de que no es lo más apropiado para alardear, los toltecas son famosos por sentar base e innovar en la manera en que se combatía en el pasado. Inclusive, a partir de esto entraron en guerra con otros territorios para conquistarlos.
Su capacidad para combatir y trazar estrategias, logró adaptarse fácilmente en diversas civilizaciones siguientes, las cuales la tomaron como base para extenderse por todo el mundo. Luego de que conquistaban un área en específico, imponían su culto religioso y hacían sacrificios humanos para su deidad más importante, Quetzacoátl.
Durante las batallas, su presencia era realmente impresionante, utilizaban en sus vestimentas pecheras decoradas, penachos de plumas y, como armas, espadas y pequeños escudos que empleaban en el combate cuerpo a cuerpo. Los guerreros toltecas probaron que, a partir de la planificación y la fuerza bruta, se podía llegar lejos como sociedad. Aunado a ello, tal solidez y vigor en el combate les brindaba una posición perfecta para poder negociar correctamente en sus actividades comerciales.
Culto a Quetzalcoatl
Aunque han pasado varios siglos, aún hoy en día muchas comunidades latinoamericanas le rinden un tributo importante a Quetzalcoatl, divinidad mesoamericana cuyo nombre deriva del náhuatl y significa “serpiente emplumada”. A raíz de las conquistas bélicas que realizaron los toltecas, aproximadamente en el siglo X d.C, se fue imponiendo un culto a este dios. No obstante, los Toltecas no fueron los primeros a quienes se les vinculó con Quetzalcoatl.
Más bien, la primera representación con imágenes de la que hubo data en la historia de la célebre serpiente emplumada, fue en localidades cercanas a la antigua civilización Olmeca, una de las culturas mesoamericanas originarias. Los pobladores Toltecas sólo le dieron el impulso a la adoración en numerosos territorios comprendidos entre Tula y Yucatán. Para los aztecas, otra civilización importante y posterior a los Toltecas, Quetzalcóatl seguía siendo de gran trascendencia en su cultura.
Ellos tenían la creencia de que frecuentemente el cosmos era destruido y reconstruido a causa de las disputas entre la serpiente emplumada y su hermano Tezcatlipoca, dios de la providencia, de lo invisible y de la oscuridad. Ambos representaban la dualidad y la antagonía en la creencia de los pueblos mesoamericanos.
Establecimiento de Chichen Itza
Un poco antes de que la civilización Tolteca lograra levantar su majestuosa capital, Tula, el período clásico de la cultura maya estaba llegando a su punto final. Ciudades como Tikal, Calakmul o Palenque, fueron abandonadas, sin que nadie supiese el por qué. Luego de tal suceso, en el territorio pudo florecer una ciudad en particular, Chichen Itza, en cuyos restos se pudieron observar importantes rasgos artísticos de las costumbres Toltecas.
Entre ellos hallamos a los Chac Mools, tipos de esculturas precolombinas que aparecen al principio del Período Posclásico en variados sitios de la región, y los cuales usualmente son de figuras humanas reclinadas hacia atrás. Estas están moldeadas con las piernas encogidas y la cabeza hacia un lado.
Además, en su vientre suele colocarse un recipiente circular o cuadrado. En Tula, los arqueólogos han encontrado muchas otras esculturas similares que validan la creencia de que en un momento de su existencia, estos se establecieron en Chichen Itza para un mayor crecimiento como sociedad.
Extensas redes comerciales
Como bien se sabe, la gran mayoría de las culturas mesoamericanas desarrollaron redes comerciales bastante exitosas. Tula, capital del territorio Tolteca, cuando llegó a su máximo apogeo fue un prominente centro comercial.
Una buena parte de historiadores contemporáneos llegaron a asegurar que los Toltecas fueron los creadores de las redes comerciales. Para aquel tiempo, estos tenían como base un área líder puntual, que comerciaba con otras mucho más pequeñas y se le daba la importancia necesaria en función de los productos que cultivaba.
Expertos arqueológicos han conseguido vestigios de piezas de alfarería pertenecientes a zonas remotas de Nicaragua y Costa Rica, lo que significa que no sólo se comercializaban dentro de su país. Pese a ello, no existe punto de comparación con otras redes como la del Imperio Maya, siempre fue a menor escala.
Ubicación
Al inicio, los Toltecas eran la clara representación de un pueblo nómada, razón por la que recorrían constantemente diversas regiones de América. Su peregrinación comenzó para dejar atrás una antigua ciudad primitiva denominada Huehuetlapallan.
La población duró errante por más de cien años hasta que por fin, a comienzos del 800 d.C., se asentaron en los territorios de la meseta central que hoy en día pertenecen a Hidalgo, Tlaxcala, Zacatecas y Morelos. Puebla y una buena parte de Jalisco. Tras el paso del tiempo, fundaron la ciudad de Tula, la cual posteriormente se convirtió en la capital y se encontraba ubicada 60 kilómetros de lo que en la actualidad se conoce como la Ciudad de México.
Expandieron sus tierras hacia los alrededores de manera paulatina. Muchas personas consideran que no ocupan una vasta área comparado con otras culturas, pero si se analiza bien, estas si fueron amplias, pues lograron extenderse hasta el sudeste de la península de Yucatán.
Eso sí, todos los historiadores concuerdan en que su influencia es más que notable, puesto que un sinnúmero de aspectos de su cultura incidió en demás comunidades, su arquitectura y desarrollo. Esto se puede contemplar en las representaciones toltecas presentes en Chichen Itzá.
Características
La cultura Tolteca resulta fascinante en todos los ámbitos gracias a las costumbres y tradiciones que forman parten de ella y la diferencian del resto. Después de una larga búsqueda, podemos asegurar que entre sus características más importante se encuentran:
Economía
La economía tolteca se basó principalmente en la agricultura, pues por medio de amplios cultivos abastecidos por un sistema complejo de canales de riego, estos obtenían productos como el maíz, el chile, el algodón, el maguey, el amaranto y los frijoles. De igual manera, este pueblo también incluyó dentro de su desarrollo económico la artesanía y el trabajo de metales y piedras preciosas, materiales que luego les eran de gran utilidad para comercializar y adquirir a cambio de otros.
Los Toltecas se caracterizaron por ser comerciantes extraordinarios, llegando inclusive a abastecerse de otras materias primas a través de guerras con culturas vecinas. Al igual que en el resto de los territorios mesoamericanos, los trueques siempre figuraban un papel de trascendencia en la supervivencia de su sociedad.
Basar su subsistencia en la agricultura, se convertía en un inconveniente con regularidad debido a la árida región en donde se encontraban. Aunado a ello, se le suma el hecho de que el crecimiento de la población era bastante continuo y se volvía cada vez más en una señal de alerta entre los altos mandos del gobierno.
Cuando llegaban las temporadas de sequía, a los comercios simplemente no les bastaba lo que tenían para poder abastecer a toda su población. Por tal motivo, los mitos aseveran que la intensa hambruna que padecían los Toltecas ocasionó una lamentable guerra civil y, posteriormente, la deserción de la ciudad de Tula.
Estructura social
La población tolteca obedecía a una monarquía de carácter militarista, cuya finalidad era la de establecer una sociedad de castas. La sociedad se podía dividir fácilmente en dos grupos; el de los privilegiados y el de la clase servil. En la cima de la estructura social hallábamos a los jefes militares, luego un escalón más abajo a los sacerdotes y jerarcas, los cuales eran responsables de organizar y atender los cultos y calendarios del pueblo.
El segundo estrato está conformado por la clase baja; trabajadores agrícolas, artesanos, alfareros, carpinteros, hilanderos, ovejeros, pintores, lapidarios, tejedores, albañiles, etcétera. En la parte más baja se encontraban los esclavos, usualmente capturados de culturas vecinas.
Arquitectura
Sin lugar a dudas, los toltecas aportaron grandes cambios en cuanto arquitectura de la época se refiere. En la Mesoamérica del siglo IX, especialmente en la cultura tolteca, la escultura y la arquitectura iban de la mano. Los trabajos artísticos que lograron introducir en sus columnas eran fantásticos.
A menudo, estos empleaban esculturas antropomorfas o similares a la serpiente emplumada, que eran las encargadas de sostener con la cabeza el techo de una habitación, obteniendo así un espacio interior mucho más amplio.
Una de sus obras más destacadas fue la Pirámide B en Tula, ciudad que se estima que albergó aproximadamente 30.000 habitantes. Los lugareños vivían en enormes edificaciones de una planta, con techos planos y hechos de tierra, piedras y acabados de adobe.
La Pirámide de Tlahuizcalpantecuhtli es reconocida por sus célebres Atlantes, figuras de 4,5 metros que alguna vez en la historia sostuvieron el techo del templo. La cultura contaba con tres tipos diferentes de conjuntos habitacionales; los grupos de casas, las unidades residenciales y las residencias palaciegas.
Artesanía
Además de ser excepcionales talladores de piedra, los Toltecas se caracterizaron por el empleo de la cerámica, la pintura y los murales en la artesanía local. Esta siempre se relacionaba con tópicos relacionados a la religión y algunas otras representaciones y expresiones.
Los Atlantes son su máximo reconocimiento como artesanos de primer nivel, pues además de ser tallados a mano, estos los decoraban de la manera más sublime, con mosaicos y plumas. También se le suma las representaciones del dios Quetzalcóatl en el Chichen Itzá.
Religión
Las creencias de la cultura Tolteca fueron la base para otras culturas futuras. Pese a que se respetaba e idolatraba a muchos dioses, esta fue la encargada de proporcionarle ese misticismo y popularidad a la divinidad por excelencia de la gran mayoría de las civilizaciones precolombinas: Quetzalcóatl.
A la serpiente emplumada se le rendía tributo de modo constante, convirtiéndose en la deidad con más relevancia en la vida de todos los ciudadanos. Pese a ello, de igual forma se les homenajea a otros dioses como Tezcatlipoca, Itzlacoliuhque, Tláloc y Centéotl.
Si hablamos de su religión como tal, los Toltecas eran politeístas. Sus centros ceremoniales fueron muy diversos, pero uno de los más trascendentes fue El Palacio Quemado. Sin embargo, a causa de los saqueos de aquella época, las historias de cada una de sus estructuras son un poco difíciles de conseguir.
Lo más que han podido hacer los historiadores es identificar que los templos fueron creados de manera consciente y con una orientación específica, como por ejemplo de este a oeste, acompañando el movimiento que realizan el sol y la luna.
muy buena informacion