La definición formal de ecoturismo se circunscribe a aquellas actividades de recreación que están enmarcadas en un contexto de Naturaleza. Al turismo ecológico se le podría llamar alternativo, pues en general, se contrapone en sus principios al turismo masivo de tipo convencional.
Se debe llevar a cabo de forma responsable con el medio ambiente, basado en la conciencia ética de los principios del desarrollo sustentable. Es una actividad relacionada a las áreas bajo diferentes regímenes de protección, como los Parques Nacionales y Monumentos Naturales.
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Orígenes del turismo de Naturaleza
La revolución industrial, y su desarrollo económico derivado, generó un incremento progresivo de los viajes de placer en las primeras décadas del siglo XX. Luego, la masificación y diversificación de los medios de transporte después de la Segunda Guerra Mundial indujo una nueva oleada turística. En ambos casos, su concepción se fue desarrollando hacia un turismo de masas, que respondiera al nuevo boom económico que se hacía cada vez mas globalizado.
Luego de que declinara en intensidad el movimiento hippie, muchos de sus seguidores se retiraron a vivir de forma natural en parajes rurales. Avanzaba la década de los años 70 del siglo pasado, y con ella, el eco del naturismo en un entorno de desarrollo tecnológico acelerado.
Estas mismas personas que habían manifestado una conciencia crítica con la sociedad de su entorno, estimularon la creación de un movimiento global de protección a la Naturaleza. De esta forma, una década después, surgen los primeros ensayos de turismo rural, o turismo ecológico, movimiento que ha ido ganando adeptos a lo largo del tiempo.
La primera definición formal sobre turismo ecológico fue la del arquitecto mexicano Héctor Ceballos-Lascurain, especialista, consultor en arquitectura ambiental y planeación ecológica. En 1983, y bajo el término “ecoturismo”, sentó las bases de todo un desarrollo de este sector a nivel mundial.
Con la redefinición del concepto de turismo en ecoturismo, se abrió una nueva brecha en la concepción de los viajes de placer a partir de la década de 1980.
Países pioneros
A finales de los años 80 y principios de los 90, varios países comenzaron a incrementar su oferta en turismo de bajo impacto y de pequeños grupos. Estas iniciativas fueron creciendo en número, hasta lograr atraer la atención de los gobiernos locales y nacionales.
Entre los países que han venido desarrollado una política nacional de apoyo, protección y motivación al turismo ecológico, se encuentra Costa Rica. Es tal la importancia del ecoturismo allí, que éste constituye el mayor aporte al presupuesto nacional desde hace mas de dos décadas. Entre otros, Madagascar, Kenia, Nepal y las islas Galápagos de Ecuador, fueron también pioneros en crear este tipo de desarrollos turísticos.
Principios de organización
Actualmente, el movimiento se ha globalizado y se diversifica con ideas originales de iniciativa local en todos los rincones del planeta. La actividad turística con sentido ecológico está regida y agrupada desde 1990 por la Sociedad Internacional de Ecoturismo (TIES).
Esta organización define al ecoturismo como “un viaje responsable a áreas naturales que conserva el ambiente y mejora el bienestar de la población local”. También dicta las pautas que garantizan que este tipo de actividad sea consecuente con el medio ambiente y sustentable en el tiempo. Está integrada por miembros activos de 190 países.
Fundamentos del turismo ecológico
Según la TIES, el ecoturismo está regido por una serie de siete fundamentos, bajo los cuales debe desarrollarse la actividad. Estos son:
- Minimizar el impacto del turismo sobre el ambiente donde se desarrolla la actividad de recreación en los aspectos físico, social, psicológico y de comportamiento, y todo lo que de ello se deriva.
- Incentivar la toma de conciencia sobre el entorno natural, el arraigo cultural y el respeto hacia los sitios visitados.
- Proveer experiencias enriquecedoras, tanto a visitantes como a los anfitriones locales.
- Generar beneficios destinados a financiar iniciativas de conservación.
- Desarrollar una memoria interpretativa de experiencias en el turista visitante que contribuyan a sensibilizarlo en relación al entorno político, social y ambiental de los países anfitriones.
- Promover e incentivar el desarrollo de infraestructura turística de bajo impacto.
- Reconocer, respetar y valorar los derechos y creencias espirituales de las comunidades indígenas asociadas a desarrollos ecoturísticos y trabajar conjuntamente en pro del empoderamiento social de las mismas.
¿Qué ofrece actualmente el turismo ecológico?
La diversificación en la oferta turística “verde” se incrementa día a día gracias a la creatividad humana y la diversidad que ofrece la Naturaleza. Dicha oferta abarca tres grandes áreas de actividades de recreación en el entorno natural:
Turismo sosegado, de contemplación y de relax
Siendo el primer tipo de oferta de ecoturismo que se originó, esta modalidad sigue teniendo adeptos de todas las edades y culturas. Consiste simplemente en la oferta de hospedaje y servicios para personas que buscan descanso y distracción bajo el sosiego que ofrece la Naturaleza, sin mas.
Actualmente, de forma frecuente, este tipo de oferta turística puede relacionarse también con servicios de salud y belleza, del tipo spa y casas de reposo temporal.
Una variante del turismo de contemplación está representada por los movimientos de peregrinaje hacia lugares de gran significación en términos espirituales. Entre los mas importantes y populares en este sentido están la peregrinación al Tíbet y el Camino de Santiago.
Turismo de aventura y de deportes extremos
En este caso, la oferta turística se relaciona con la práctica de algún deporte con diferentes niveles de dificultad, desarrollado en contacto con el medio ambiente. Dichas actividades abarcan desde una simple caminata por senderos rurales, hasta incursiones representando retos de diferentes niveles de riesgo. Entre estos últimos, son populares el canyoning, la tirolina, el buceo y la escalada, entre otros.
Turismo cultural rural
Como su nombre lo indica, implica la visita y hospedaje en entornos que ofrezcan al viajero enriquecimiento en conocimientos y vivencias culturales particulares. Es frecuente en lugares con significación histórica o con representaciones étnicas particulares.
No importa la variante que se escoja disfrutar, esta actividad debe brindar bienestar al visitante asegurando al mismo tiempo los términos de conservación del entorno.