La corrupción y su impacto en los países en desarrollo

La corrupción y su impacto en los países en desarrollo

La corrupción afecta la democracia, crecimiento económico y competitividad de las naciones, razón por la cual su impacto es mayor en los países en desarrollo.

Este flagelo se aprovecha de la desigualdad social y económica y de la debilidad de las instituciones democráticas para avanzar en la sociedad. A su vez, el impacto que produce es obstáculo para que los países en desarrollo puedan fortalecer sus instituciones, salir de la pobreza y progresar.

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Analizando la corrupción

El Índice de Percepción de la Corrupción 2018, publicado por Transparencia Internacional, revela que la mayoría de los países es incapaz de controlar el problema. Indica que socava la democracia y genera un círculo vicioso que provoca el deterioro de las instituciones democráticas. Estas van perdiendo progresivamente su capacidad de controlar este mal.

Mapa de la percepcion de la corrupcion
Mapa de la percepcion de la corrupcion

No es casualidad que entre los países más corruptos del mundo, según la ONG Transparencia Internacional, se encuentren Siria, Somalia, Nicaragua y Venezuela. Todos países afectados por guerras o graves crisis institucionales con tendencia al autoritarismo.

La corrupción es difícil de definir porque es un problema complejo y multidimensional. Se trata de abuso del poder público o privado por parte de un individuo o grupo para obtener provecho económico, político o social. Ocurre en la administración pública, en corporaciones y empresas privadas, en instituciones públicas y privadas y en la política.

Es abordada desde diferentes perspectivas: jurídica, legal, política, económica, sociológica, empresarial, criminal, institucional.

Corrupcion

Amenazas de la corrupción

Las consecuencias de este mal de la sociedad se manifiestan en diferentes ámbitos:

  • Debilita a la democracia, las instituciones y el estado de derecho.
  • Gobernantes, funcionarios y políticos pierden credibilidad y se genera desconfianza entre los ciudadanos. El liderazgo se cuestiona, así como se pone en duda al propio sistema político.
  • Acaba con la renta y desperdicia los recursos de los países, causa pobreza y muertes.
  • Ocasiona que se destinen menos recursos a planes y programas dirigidos al desarrollo de la nación.
  • Hace menos eficiente la administración pública.
  • Al debilitar las instituciones, favorece a la delincuencia organizada, pues facilita el narcotráfico, el blanqueo de dinero y el tráfico de personas.

Otra de las amenazas es que puede permear a toda la sociedad. Puede ser tomada como paradigma para hacer dinero y ascender socialmente, sobre todo si hay impunidad para quienes cometen este delito. Tal como ha dicho Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, “la corrupción engendra más corrupción y fomenta una cultura destructiva de impunidad”.

Amenazas de la corrupcion

Además, puede suceder que la gente por sus preferencias y simpatías políticas, justifique las prácticas corruptas de mandatarios y políticos. O que lo haga solo porque el gobernante está dándole algún beneficio a través de un programa social.

Los gobiernos corruptos tienden a valerse de las necesidades de la población para comprar votos y otorgar subsidios. Es una práctica que amenaza la democracia porque desacredita al Estado.

¿Qué hacer para frenarla?

La lucha anticorrupción es indispensable para el desarrollo. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, cada año se paga un billón de dólares en sobornos. Se calcula que se roban 2,6 billones de dólares anuales mediante la corrupción, suma que equivale a más del 5% del producto interior bruto mundial. En los países en desarrollo se pierde una cantidad de dinero diez veces mayor que la dedicada a la asistencia oficial para el desarrollo.

Frenar la corrupcion

Transparencia Internacional propone que los gobiernos tomen medidas para luchar contra la corrupción y para fortalecer la democracia.

La organización recomienda a los países robustecer a las instituciones que ejercen control y equilibrio sobre el poder político, garantizar que actúen sin intimidaciones.

Los gobiernos tienen que reducir la brecha entre la legislación anticorrupción existente y su práctica y aplicación real.

Además, deben apoyar a las organizaciones de la sociedad civil y a los ciudadanos, motivarlos a participar en política y supervisar el gasto público. Por ejemplo, emplear plataformas digitales para que el público pueda hacer seguimiento de los avances de los proyectos.

Es necesario monitorear el discurso político que presenta la lucha contra la corrupción como bandera con la intención de socavar la democracia. Este discurso se considera riesgoso para el progreso de los países por su verdadera intención. Busca en realidad captar las preferencias de los ciudadanos para lograr llevar al poder a políticos autoritarios o populistas.

Otra de las recomendaciones es respaldar la independencia y seguridad de los medios de comunicación y periodistas. Los gobiernos deben garantizar que trabajen sin ser acosados para que puedan investigar e informar sobre las prácticas corruptas. Asimismo, deben trabajar para garantizar la libertad de expresión y de información de todos los ciudadanos.

Igualmente, se debe procurar una mayor cooperación entre los países para luchar contra un problema que los afecta a todos en menor o mayor medida. Para ello existe la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción que incluye la cooperación internacional, prevención, penalización y recuperación de activos.

Entre sus recomendaciones está que se tomen medidas para aumentar la transparencia en el financiamiento de campañas de candidatos y partidos políticos.

Detener la corrupcion

La convención establece que se deben tipificar los delitos siguientes:

  • El soborno a funcionarios públicos y en el sector privado.
  • Fraude y apropiación indebida.
  • El lavado de dinero.
  • La obstrucción de la justicia.
  • El tráfico de influencias.
  • El abuso de poder.
  • El enriquecimiento ilícito.

La perspectiva que defiende las Naciones Unidas es que los ciudadanos no pueden acostumbrarse a esta práctica ni resignarse a verla como “modo de vida”. Recomienda a la gente unirse a la lucha anticorrupción para obtener los beneficios de una sociedad transparente y justa.

Ningún país es inmune a la corrupción, pero las naciones en desarrollo son más vulnerables ante este problema que obstaculiza su progreso. Combatirla es tan complejo como las propias prácticas corruptas. Para hacerle frente es fundamental que se fortalezcan la democracia y la justicia.

Asimismo, que los ciudadanos se involucren desde sus espacios para monitorear la ejecución de obras de los gobiernos, y para educar y sensibilizar sobre el problema. Evitar cometer delitos de corrupción en la vida cotidiana, es otra manera de reducir desde lo local los efectos globales del problema.

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